Este presente año 2009 España conmemora el 400 aniversario de la expulsión de cerca de 300.000 moriscos del territorio español.
La población musulmana estuvo nueve siglos en España (s.VIII – XVII) e introdujo conocimientos de valor incalculable, tanto en la lengua y la literatura como en las matemáticas. Por ejemplo, gracias a sus aportaciones en este último ámbito, hoy día hablamos del 400 aniversario, mientras que sino nos tendríamos que referir al CD aniversario (léase cuatrocientos en números romanos; no compact disc). Tampoco podemos obviar las aportaciones al pensamiento y conocimiento moderno en los campos de Filosofía, Medicina, Botánica y Arquitectura.
Pero (ya tardaba en llegar el pero) eran musulmanes y no católicos. Una vez completada la Reconquista, en 1492, muchos musulmanes se quedaron en España, bautizándose y convirtiéndose así en moriscos. Los que no se quedaron fueron los judíos; expulsados severamente este mismo año por orden de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando. La religión católica española se libraba así de una parte de los “herejes”, los hebreos, e intentaba convertir a los musulmanes, aunque des de buen principio ya se intuía que no iba a ser fácil la buena convivencia entre españoles y musulmanes bajo un régimen de autoritarismo religioso sustentado en una cruel y poderosa Inquisición y en unos reyes católicos, como su nombre indica. Ya en 1499 se produjo un horroroso atentado cultural, la quema de unos 5.000 libros escritos en lengua árabe, por orden del cardenal Cisneros, cosa que recuerda la quema de libros escritos por judíos e intelectuales de izquierdas ordenada por Joseph Goebbels en Berlín, en pleno auge del nazismo.
Tras varios conflictos, conversiones forzadas y esclavitud, pero sobre todo, tras la evidencia que la convivencia entre musulmanes/moriscos y españoles en el régimen de los Reyes Católicos era tan viable como invencible era la Armada Invencible; el 22 de setiembre de 1609 se publicó el edicto de expulsión de los moriscos del territorio español por parte de Felipe III y el Duque de Lerma. La expulsión fue justificada con el “evidente peligro” que suponían los moriscos, además de su “herejía y apostasía” y la “traicionera correspondencia” con los enemigos de España. Temían que los moriscos colaboraran con el ejército turco, propiciando un ataque al territorio español y no contemplaban otra religión que no fuese católica. Así se culminó el proceso de ‘limpieza religiosa’ de España. Los nobles, aparte de los propios moriscos, fueron los únicos que se opusieron a la expulsión, debido a que ellos eran los que “realizaban la mayor parte del trabajo en las tierras”. Sin embargo, la Inquisición y el gobierno tenían más poder y la expulsión se llevó a cabo. Como preveían los nobles, su expulsión significó una crisis económica y demográfica en muchos puntos del Estado Español; pero, dentro de las diferentes opciones planteadas, la expulsión fue seguramente la mejor y más correcta manera de que España consiguiera su propio Ein Volk, ein Reich, ein Führer, siendo en este caso concreto: Un pueblo: el español, una religión: la católica.
Sin embargo, los genes son más sabios que los gobernantes y, según el genetista Francesc Carbonell, el genoma español está compuesto por un 69% ibérico, un 20% judío y un 11% norteafricano. Por suerte, hemos recibido una rica herencia cultural y la religión ya no es un medio para justificar barbaridades.
Bibliografía consultada:
http://iesalagon.juntaextremadura.net/web/departamentos/sociales/documentos/trabajo_moderna_2007/temas/text_7_1.pdfLa población musulmana estuvo nueve siglos en España (s.VIII – XVII) e introdujo conocimientos de valor incalculable, tanto en la lengua y la literatura como en las matemáticas. Por ejemplo, gracias a sus aportaciones en este último ámbito, hoy día hablamos del 400 aniversario, mientras que sino nos tendríamos que referir al CD aniversario (léase cuatrocientos en números romanos; no compact disc). Tampoco podemos obviar las aportaciones al pensamiento y conocimiento moderno en los campos de Filosofía, Medicina, Botánica y Arquitectura.
Pero (ya tardaba en llegar el pero) eran musulmanes y no católicos. Una vez completada la Reconquista, en 1492, muchos musulmanes se quedaron en España, bautizándose y convirtiéndose así en moriscos. Los que no se quedaron fueron los judíos; expulsados severamente este mismo año por orden de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando. La religión católica española se libraba así de una parte de los “herejes”, los hebreos, e intentaba convertir a los musulmanes, aunque des de buen principio ya se intuía que no iba a ser fácil la buena convivencia entre españoles y musulmanes bajo un régimen de autoritarismo religioso sustentado en una cruel y poderosa Inquisición y en unos reyes católicos, como su nombre indica. Ya en 1499 se produjo un horroroso atentado cultural, la quema de unos 5.000 libros escritos en lengua árabe, por orden del cardenal Cisneros, cosa que recuerda la quema de libros escritos por judíos e intelectuales de izquierdas ordenada por Joseph Goebbels en Berlín, en pleno auge del nazismo.
Tras varios conflictos, conversiones forzadas y esclavitud, pero sobre todo, tras la evidencia que la convivencia entre musulmanes/moriscos y españoles en el régimen de los Reyes Católicos era tan viable como invencible era la Armada Invencible; el 22 de setiembre de 1609 se publicó el edicto de expulsión de los moriscos del territorio español por parte de Felipe III y el Duque de Lerma. La expulsión fue justificada con el “evidente peligro” que suponían los moriscos, además de su “herejía y apostasía” y la “traicionera correspondencia” con los enemigos de España. Temían que los moriscos colaboraran con el ejército turco, propiciando un ataque al territorio español y no contemplaban otra religión que no fuese católica. Así se culminó el proceso de ‘limpieza religiosa’ de España. Los nobles, aparte de los propios moriscos, fueron los únicos que se opusieron a la expulsión, debido a que ellos eran los que “realizaban la mayor parte del trabajo en las tierras”. Sin embargo, la Inquisición y el gobierno tenían más poder y la expulsión se llevó a cabo. Como preveían los nobles, su expulsión significó una crisis económica y demográfica en muchos puntos del Estado Español; pero, dentro de las diferentes opciones planteadas, la expulsión fue seguramente la mejor y más correcta manera de que España consiguiera su propio Ein Volk, ein Reich, ein Führer, siendo en este caso concreto: Un pueblo: el español, una religión: la católica.
Sin embargo, los genes son más sabios que los gobernantes y, según el genetista Francesc Carbonell, el genoma español está compuesto por un 69% ibérico, un 20% judío y un 11% norteafricano. Por suerte, hemos recibido una rica herencia cultural y la religión ya no es un medio para justificar barbaridades.
Bibliografía consultada:
http://www.webislam.com/?sec=noticias&tag=moriscos
http://poesiadelmomento.com/hispanica/17musulmana.html
http://www.musulmanesandaluces.org/hemeroteca/25/moriscos.htm
http://www.lavanguardia.es/free/edicionimpresa/20090202/53631753424.html
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